
En 1999, David Bowie ofreció de forma inesperada una breve entrevista a la cadena de televisión bbc; en esa charla, el legendario cantante inglés habló sobre música, adicciones, el Reino Unido… e internet. Para el compositor de piezas icónicas como Life Is in Mars y Starman, esta red no era sólo una nueva herramienta de comunicación, sino que implicaría un cambio mucho más profundo y reinventaría el mundo: “Creo que ni siquiera hemos visto la punta
del iceberg. Creo que el potencial de lo que internet va a hacerle a la sociedad, tanto bueno como malo, es inimaginable. Creo que estamos en la cúspide de algo estimulante y aterrador.”
Esta predicción se ha convertido, para muchos de nosotros, en un potente símbolo de la revolución de internet en el último cuarto de siglo, con profundos efectos en las sociedades contemporáneas, cuyas secuelas ciertamente aún no acabamos de vislumbrar. Simplemente no hay esfera social que no esté siendo transformada por el mundo en línea. Desde cómo se consiguen parejas sexuales hasta cómo se gobierna, y lo que hay entre estos extremos, todo está en
un proceso de cambio radical debido a esta red de redes.
La libertad de expresión no se ha salvado. Este derecho, junto con el resto de las libertades propias de una democracia liberal, está siendo sacudido como nunca en su historia por las plataformas de internet. ¿Cuál es la legitimidad de Facebook para expulsar de esta red social a un presidente de Estados Unidos? ¿Por qué al expresarse en Twitter uno debe ceñirse a sus estándares comunitarios, en vez de seguir lo que establece nuestra Constitución ¿Cómo el modelo de negocio de ciertas redes sociales propicia algunos procesos de desinformación relacionados con la vacuna del covid-19? ¿En qué sentido el funcionamiento de estas plataformas depende de complejos procesos algorítmicos, bases de datos y poder de cómputo? ¿Cómo entender hoy qué es una expresión humana ante tecnologías del lenguaje como el popular Chatgpt? Éstas son apenas algunas de las grietas que está sufriendo una de las ideas y las instituciones que nacieron junto con la democracia moderna y que son imprescindibles para su buen funcionamiento: la libertad de expresión.
Este libro explora justo esta transformación. No es un recuento nostálgico de un pasado mejor. Internet, sin duda, ha traído consigo condiciones más adecuadas para que las personas se expresen; su potencial para crear mejores sistemas de contenidos en línea apenas empieza a explorarse. Se trata, más bien, de una investigación guiada por la curiosidad, con un propósito puntual: entender. ¿Cuáles son las implicaciones del papel cada vez más relevante de las plataformas de internet en el discurso público? ¿Cuáles son las características de su poder? ¿Qué puede aportar el escepticismo del viejo pensamiento liberal ante estas inéditas ramificaciones de su influencia? ¿Cómo reinventar esta libertad en el mundo en línea? Para contestar estas y muchas otras preguntas, este libro se divide en dos partes torales: el ocaso y la chispa.
El futuro de la libertad de la expresión. Internet, plataformas y algoritmos, Grano de Sal – EGobiernoyEP, México, 2023.